lunes, 17 de septiembre de 2012

Villa Caprabi


Llegaba el gran día! Por fin nos mudábamos a nuestra nueva casa y dejábamos este pequeño piso de alquiler atrás. Aunque hemos pasado muy buenos momentos en él, no me daba ninguna pena abandonarlo.
Metimos todos los macutos y cosas en el coche y nos dirigimos hacía Villa Caprabi. Mónica, sentada en el asiento de copiloto, estaba realmente contenta hoy.
-Mario, ¿tú crees que seremos felices en esta casa? – me preguntó.
-Estoy convencido, es la casa que todo el mundo desea tener – respondí.
No mentía, Villa Caprabi era una casa preciosa de tres plantas con jardín y cochera. Su principal característica era sus grandes ventanales y su decoración. El jardín era precioso, estaba muy colorido y las plantas que reposaban allí expulsaban una fragancia maravillosa.
Compramos Villa Caprabi unos meses atrás, aprovechando una oferta a un precio muy bajo.
Al llegar nos quedamos impresionados de nuevo con su majestuosidad. Empezamos a descargar las cosas del coche Mónica y yo cuando de pronto vimos aparecer por la esquina a una mujer de avanzada edad vestida totalmente de negro. De repente se giró y nos dijo algo un poco extraño:
-No sé porque habéis venido a vivir aquí, pero si no queréis problemas con los muertos, marchaos ahora mismo.
Al acabar se marchó por un pequeño callejón oscuro y maloliente. Sus palabras me dejaron cara de indiferencia y con una gran incertidumbre, pero no le di importancia.
Entramos en nuestra nueva casa, ordenamos un poco todo y nos instalamos. Cuando llegó la hora de cenar le preparé algo rápido de comida a Mónica y nos fuimos a la cama. Había sido un día muy agotador (y extraño).
Al tumbarnos en la cama vi a Mónica muy preocupada.
- ¿Qué te pasa? Te veo rara.
-Estoy preocupada. ¿Tú le encuentras algún sentido a lo que ha dicho esta tarde esa anciana? Hay algo de Villa Caprabi que no me gusta y me da la sensación de que lo voy a descubrir pronto – me dijo.
-Sería una vieja loca. No le des importancia.
Le di un beso en la frente y apague la luz. Aunque lo intenté, no la tranquilicé. Cuando conseguí dormirme ella aun le daba vueltas a la cabeza…
…De pronto me desperté. Miré el despertador y marcaba las 4:00 AM. Me había levantado al oír un grito proveniente del sótano de la casa. Cuando alcé mi mano hacía la derecha no noté a Mónica, solamente pude tocar el colchón. Me temía lo peor.
Muy preocupado por ella cogí mi bata y me dirigí hacia el piso subterráneo.
Al llegar, mis ojos vieron algo que nunca olvidaré, ni conseguiré sacar de mi cabeza… Mónica estaba tumbada en el suelo rodeada por un gran charco de sangre y con un cuchillo al lado. Aunque estaba inconsciente, me alegré muchísimo de que siguiera viva.
Subí mi vista al resto del sótano y allí no había nadie. Cogí a Mónica y el cuchillo, abandoné Villa Caprabi y me dirigí hacia el hospital. Los médicos me dijeron que Mónica se pondría bien y que había tenido mucha suerte ya que el cuchillo no le había dañado ningún órgano importante.
Tras enterarme de la buena noticia saqué el cuchillo del bolsillo de mi abrigo y lo analicé. Me fijé en que en uno de sus laterales tenía un mensaje grabado:
<< Esto es solo un aviso >>
No me hizo falta leerlo dos veces para entenderlo: Villa Caprabi estaba embrujada y la anciana solo nos quería ayudar.
Desde entonces, Mónica y yo vivimos otra vez en nuestro piso de alquiler, libre de peligros.


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